Tú, papá, no has desaparecido, porque te recordaremos.
Vivirás entre nosotros de otra manera, quizá más intensa y que tendremos que aprender a reconocer. Te tendremos a nuestro lado siempre y en todo momento. Sólo nos hará falta callar, cerrar los ojos y evocarte. Te tendremos presente siempre que lo deseemos.